El bosque donde habita el viento – Susurros de sauces en la ciudad

Un bosque de sauces en la ciudad ofrece un respiro tranquilo, enseñándonos el ritmo suave y natural de la vida. A veces, basta con quedarse quieto e…
El bosque donde habita el viento – Susurros de sauces en la ciudad

Más allá del mar, caminando con el viento

 Un paisaje marino tranquilo y un puente que transmite paz. El viento, el agua y la luz ofrecen un momento cálido y sereno.


El horizonte se extiende largo sobre el mar,
con una luz solar tenue que se difunde.
Ni deslumbrante ni oscura,
una calidez de luz perfecta.

El puente que se alza más allá del mar
parece un gesto que une dos ciudades.
Desde lejos, parece una línea,
pero contiene los días agitados de muchas personas.
El puerto lleno de contenedores apilados,
la libertad de los barcos con el viento,
todo eso se cruza bajo este puente.

Frente al mar,
el tiempo parece detenerse.
Las olas llegan sin cesar,
y el viento roza la superficie.
Al escuchar atentamente,
incluso el corazón más confuso se aclara.
Más profundo que cualquier palabra,
más suave que cualquier música, acaricia el alma.

Cercano pero lejano,
lejano pero familiar,
este espacio no se siente extraño.
Las olas azules, las nubes blancas,
y la luz sobre el puente
se sienten como un recuerdo conocido.
Tal vez por eso,
frente a este paisaje el corazón se calma.

Vamos al mar.
A veces porque el corazón pesa,
otras veces solo para caminar.
El mar siempre está allí.
Silencioso, tranquilo, acogiendo nuestro tiempo.
Tanto la tristeza como la alegría,
las acepta sin palabras.

El paisaje no habla,
pero guarda muchas historias.
Este mar debe contener muchos días.
En el puente, en el agua que fluye,
en los barcos lejanos,
se transporta el presente de alguien.

Desde este lugar de pausa,
reflexiono sobre mí.
Como las olas ondulantes,
como el viento suave,
algún día, también seré más fuerte.

Y nuevamente, comenzará otro día.
Como este mar, constante e inmutable.

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