Al caminar por la naturaleza, nos redescubrimos y hallamos paz, recordando vivir cada instante con calma y presencia.
Caminar por un sendero en la naturaleza es más que mover los pies.
Estar en ese camino saca emociones ocultas desde lo profundo.
Con la brisa fresca y el cielo azul sobre ti,
el cansancio del día desaparece lentamente.
Este camino de madera entre los juncos parece un viaje por la vida.
Avanza en una sola dirección, y aunque nos preguntemos qué hay al final,
nos centramos en cada paso, en cada momento.
Cuando finalmente lleguemos al final,
seremos diferentes a quienes éramos al comenzar.
Caminando entre el verde,
mi corazón se siente más libre.
Este camino es físico, sí,
pero también es interior.
Aunque a veces nos perdamos o dudemos,
caminar ya es valioso en sí mismo.
Al fondo se alza un pequeño edificio.
¿Qué significa?
Quizás sea solo una construcción más,
o tal vez un símbolo de nuestros objetivos.
¿Es más importante el viaje o el destino?
Tal vez ambos lo sean.
En este trayecto,
podemos volver a ver lo que olvidamos.
La vida pasa rápido,
pero en la naturaleza podemos detenernos
y redescubrirnos.
La naturaleza es constante,
nosotros somos los que cambiamos.
Así que mientras camines,
mira al cielo de vez en cuando.
Observa las nubes, respira junto a los árboles,
y vive este instante plenamente.
El camino es largo,
pero la paz y libertad que ofrece son eternas.
Publicar un comentario