El bosque donde habita el viento – Susurros de sauces en la ciudad

Como una campana de viento que suena suavemente, también podemos encontrar fuerza en los momentos que tocan el alma.

Bajo un cielo azul claro, cuelga una pequeña campana del alero de un techo tradicional.

Aunque no suena, parece que el viento susurra una historia, calmando el alma.

La luz del sol sobre el dancheong y la campana envejecida narran un tiempo soportado.

Esta campana solo suena cuando sopla el viento.

No suena por sí sola, solo se mueve con lo que pasa.

Eso se parece mucho a nuestro corazón.

Solo reconocemos nuestra existencia cuando algo nos conmueve.

El pilar rojo y el dancheong brillante contrastan intensamente.

Si se observa con atención, se ven capas de colores.

Cada una pintada por manos artesanas.

El tiempo las desgasta, pero dejan una belleza más profunda.

Nuestra vida es igual: aunque la superficie se desgaste,

las capas del tiempo se graban en nuestro interior.

Una buena canción para escuchar juntos:

"The Wind You Left Behind"

("El viento que dejaste atrás")

Debajo de la campana cuelga un contrapeso en forma de pez.

Se dice que los peces nunca duermen.

Siempre despiertos, ayudan a los monjes a mantenerse atentos.

Incluso una campana tan pequeña guarda profundo simbolismo.

¿Cuántos significados dejamos pasar en lo cotidiano?

Ojalá nuestros corazones pudieran sonar así—

suavemente, sin molestar a otros,

escuchando nuestra voz interior,

el mundo sería un poco más cálido.

El viento no se detiene.

La campana no se resiste; simplemente lo acepta.

Y con el sonido más ligero, se hace presente.

Esa suave vibración deja una onda tranquila en mi corazón.

Tal vez todos somos

como campanas de viento, resonando con la brisa de alguien más.