El bosque donde habita el viento – Susurros de sauces en la ciudad

Un bosque de sauces en la ciudad ofrece un respiro tranquilo, enseñándonos el ritmo suave y natural de la vida. A veces, basta con quedarse quieto e…
El bosque donde habita el viento – Susurros de sauces en la ciudad

Un susurro rosado floreciendo junto al concreto

Flores rosadas florecen en silencio junto al concreto. En su presencia callada, redescubrimos el consuelo olvidado.


Era un día soleado y caluroso.
Entre el ritmo acelerado de la ciudad, caminaba sin pensar
cuando algo brilló a mis pies.

Era una flor.
No un jardín bien cuidado,
solo flores rosadas que florecían bajo un muro gris.
No eran llamativas—por eso atrapaban más la mirada.

Algunos pétalos estaban arrugados,
una tubería metálica se entrelazaba al lado,
pero entre el desorden, estas flores captaban la luz del sol
no para ser vistas, no para ser elogiadas—
solo vivían, tal como eran.

La gente pasaba de prisa,
un gato callejero se escurría,
nadie prestaba atención a estas vidas pequeñas,
pero ellas florecían,
en silencio y con esplendor.

Me detuve un momento,
saqué mi cámara.
Quería conservar esas pequeñas caras bañadas en luz.
Ese instante, que solo yo vi,
me pareció demasiado valioso.

A veces en la vida,
nos sentimos solos sin motivo,
como si fuéramos invisibles.
Pero como estas flores,
vivir es suficiente—
y lo olvidamos.

Una pequeña vida silenciosa
a mi lado, sin palabras,
me enseñó suavemente:
“El lugar donde estás ahora,
también está bien.”

Mis pasos se sintieron más ligeros.
Aunque las flores no dijeron nada,
su silencio me envolvió con consuelo.

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