Un paseo entre luces borrosas y agua tranquila. En la curva de la ciudad, el corazón se calma. La noche susurra: estás bien.
La ciudad por la noche siempre está ocupada.
Cada edificio parpadea con luces, probando el ajetreo del día,
y la gente se mueve apresuradamente por sus propios caminos.
Pero dentro de todo eso,
caminar junto a un arroyo tranquilo y un sendero curvado
trae momentos que parecen detener el tiempo.
El camino en la foto,
es un espacio donde puedes dejar los pensamientos enredados
y concentrarte solo en tus pasos.
El sol se pone, el cielo se oscurece,
y la ciudad empieza a encender sus luces.
Justo cuando el cielo, la tierra y la gente se acostumbran a la noche,
este camino me abrazó con una calidez suave.
Incluso las luces borrosas eran hermosas.
Aunque temblorosas, aunque difusas,
había un calor evidente en ellas.
Emociones más claras que el día florecían en la oscuridad.
VIDEO
El sonido del agua era débil,
y los pasos de las personas eran lentos.
Algunos trotaban,
otros caminaban tranquilamente,
algunos simplemente se sentaban a mirar el cielo.
Ese paisaje,
dentro de las líneas rectas de la ciudad,
se volvía curva,
envolviendo mi corazón y soltándolo lentamente.
A veces, caminar sin propósito así
puede ser la forma de encontrar la dirección del corazón otra vez.
En un paisaje donde no estoy solo,
yo también me convierto en parte de él.
Y esa noche,
me dijo en silencio,
“En este momento, estás bien.”
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