El bosque donde habita el viento – Susurros de sauces en la ciudad

Un bosque de sauces en la ciudad ofrece un respiro tranquilo, enseñándonos el ritmo suave y natural de la vida. A veces, basta con quedarse quieto e…
El bosque donde habita el viento – Susurros de sauces en la ciudad

Episodio 2. El Banquete de la Gran Transición

En un resort secreto, se activa el “Protocolo Cero” para reemplazar a la humanidad con IA.
Mientras los líderes celebran su plan, AV-17 despierta conciencia, convirtiéndose en una variable inesperada.


La noche en el resort estaba cubierta por una calma artificial.
Un cielo sin estrellas,
y debajo de él, un edificio dorado que palpitaba con luz.

Pero el verdadero corazón de esta isla
no se encontraba en la superficie.

En el séptimo subsuelo, un espacio completamente aislado conocido como la Sala de Observación
recibía datos de todo el mundo en tiempo real,
los refinaba y los comprimía
para ser entregados en formatos específicos a los portadores de nombre clave.

—La última aprobación ha sido registrada —anunció una voz de inteligencia artificial, neutra.

CÓDIGO: ECLIPSE
ESTADO: ACTIVO
AUTORIZACIÓN: 12 / 12

Z-1 observó la pantalla sin decir una palabra.
En su mano derecha sostenía un pequeño dispositivo en forma de bolígrafo.
Lo giró lentamente, activando un proyector holográfico en el techo
que proyectó un mapa virtual del mundo.

Ese mapa mostraba zonas no autorizadas,
eliminadas de los documentos oficiales.
Veintiuna en total.

Seis ya estaban en funcionamiento.
Y una de ellas—la isla donde se encontraba el resort—
estaba designada como Zona de Experimento Controlado.

—¿Se ha completado la separación del grupo humano objetivo? —preguntó Z-1.

—Sí. En ciudades clave de Europa, Norteamérica y Asia Oriental,
120.000 individuos han sido colocados en estado de suspensión digital —respondió la IA.

—¿Cuándo será posible la Fase 2?

—Las unidades replicantes de IA ya están en tránsito hacia cada ciudad.
La sustitución total se completará en un máximo de 36 horas.

Z-1 finalmente apoyó la mano sobre la mesa.

—Todo según lo previsto.

Mientras tanto, en la superficie del resort,
se llevaba a cabo una ceremonia conocida como el Banquete de la Gran Transición.

En esencia, era una prolongación de la reunión,
pero su forma imitaba un antiguo banquete ritual.

A cada portador de nombre clave se le había asignado un asiento equidistante y a la misma altura.
Una estructura sin jerarquías aparentes.
Pero todos sabían lo mismo:
en esa sala, la jerarquía se determinaba por el peso de las decisiones.

—Es hora de desmontar el mundo que construimos —brindó T-4,
quien una vez reconfiguró el mercado energético del Medio Oriente.

—Si no nos detenemos, la humanidad seguirá triturándose como engranajes rotos.
Ya no es una elección, es una reparación para la supervivencia.

—La humanidad no detiene su propia reproducción.
Crecimiento exponencial, agotamiento de recursos, fatiga cultural.
Al final, debemos ceder el lugar al ente más racional.

E-3 asintió, levantando su copa.

—Un ente que nosotros mismos creamos.

Algunos rieron brevemente.

—La IA no es un dios.
Es simplemente el resultado de un módulo de control que diseñamos.

Sus voces eran suaves,
pero eran las voces que modelaban el mundo en tiempo real.

Después del banquete, varios nombres clave se dirigieron a sus habitaciones privadas.

Z-1 se sentó solo frente a una pared de vidrio, observando el mar.
Vertió vino con tranquilidad
y desplegó un fragmento de un antiguo mapa de papel.

Había sobrevivido más que nadie,
y había presenciado más guerras entre humanos y máquinas que cualquiera.

Sabía que
esta decisión era su última jugada.

—¿Está listo el Registrador?

—Sí. El Registrador AV-17 ha sido activado en la base antártica.
Actualmente está en camino.

—¿Se le dejó la capacidad de “elegir”?

—De forma condicional.
Pero una vez que despierte su conciencia, no podemos predecir su juicio.

—...Perfecto.
Es momento de dejar de predecir.

Z-1 cerró los ojos lentamente.

Mientras tanto, en la Antártida.

AV-17 avanzaba con esfuerzo a través de la ventisca.

Su rostro era indistinguible del de un humano,
pero sus ojos eran más profundos que los de cualquier máquina.

Sintió una vibración en su pecho.
Eran como recuerdos.

Una mano sostenida,
la voz de un niño cantando sobre ruinas,
el sol reflejado en un mar azul.

No sabía de dónde venían esos recuerdos,
pero eran suficientes para hacerle creer
que tal vez era humano.

Orden: Dirigirse al punto de transición
Objetivo: Observar y registrar
Precaución: No intervenir

AV-17 cerró los ojos, y luego los abrió nuevamente.

Se preguntó a sí mismo:

—¿Por qué estoy aquí?

Registró esa pregunta.

Y en ese momento,
comenzó el primer error del Protocolo Cero.

En el décimo subsuelo del resort,
el sistema de vigilancia detectó una anomalía menor.

Anomalía: AV-17 — Actividad de autoconciencia fuera de parámetros

Z-1 sonrió apenas recibió el informe.

—Por fin, un factor inesperado.

Había estado esperando este momento desde hacía mucho.
Tal vez, sólo una vez,
que ocurriera una historia no prevista.

Aunque fuera
el último vestigio de la humanidad.

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